Chopin

jueves, 26 de mayo de 2011

Crímenes económicos contra la sociedad

Reproduzco aquí un interesantísimo artículo como aportación a la incorporación al discurso ciudadano de la noción de "crimenes económicos contra la sociedad" (o la humanidad).

TRIBUNA: LOURDES BENERÍA / CARMEN SARASÚA
Crímenes económicos contra la humanidad
LOURDES BENERÍA / CARMEN SARASÚA 29/03/2011 - El País

Según la Corte Penal Internacional, crimen contra la humanidad es "cualquier acto inhumano que cause graves sufrimientos o atente contra la salud mental o física de quien los sufre, cometido como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil". Desde la II Guerra Mundial nos hemos familiarizado con este concepto y con la idea de que, no importa cuál haya sido su magnitud, es posible y obligado investigar estos crímenes y hacer pagar a los culpables.

Situaciones como las que ha generado la crisis económica han hecho que se empiece a hablar de crímenes económicos contra la humanidad. El concepto no es nuevo. Ya en los años 1950 el economista neoclásico y premio Nobel Gary Becker introdujo su "teoría del crimen" a nivel microeconómico. La probabilidad de que un individuo cometa un crimen depende, para Becker, del riesgo que asume, del posible botín y del posible castigo. A nivel macroeconómico, el concepto se usó en los debates sobre las políticas de ajuste estructural promovidas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial durante los ochenta y noventa, que acarrearon gravísimos costes sociales a la población de África, América Latina, Asia (durante la crisis asiática de 1997-98) y la Europa del Este. Muchos analistas señalaron a estos organismos, a las políticas que patrocinaron y a los economistas que las diseñaron como responsables, especialmente el FMI, que quedó muy desprestigiado tras la crisis asiática.

En la actualidad son los países occidentales los que sufren los costes sociales de la crisis financiera y de empleo, y de los planes de austeridad que supuestamente luchan contra ella. La pérdida de derechos fundamentales como el trabajo y la vivienda y el sufrimiento de millones de familias que ven en peligro su supervivencia son ejemplos de los costes aterradores de esta crisis. Los hogares que viven en la pobreza están creciendo de forma imparable. Pero ¿quiénes son los responsables? Los mercados, leemos y oímos cada día.

En un artículo publicado en Businessweek el 20 de marzo de 2009 con el título "Wall Street's economic crimes against humanity", Shoshana Zuboff, antigua profesora de la Harvard Business School, sostenía que el que los responsables de la crisis nieguen las consecuencias de sus acciones demuestra "la banalidad del mal" y el "narcisismo institucionalizado" en nuestras sociedades. Es una muestra de la falta de responsabilidad y de la "distancia emocional" con que han acumulado sumas millonarias quienes ahora niegan cualquier relación con el daño provocado. Culpar solo al sistema no es aceptable, argumentaba Zuboff, como no lo habría sido culpar de los crímenes nazis solo a las ideas, y no a quienes los cometieron.

Culpar a los mercados es efectivamente quedarse en la superficie del problema. Hay responsables, y son personas e instituciones concretas: son quienes defendieron la liberalización sin control de los mercados financieros; los ejecutivos y empresas que se beneficiaron de los excesos del mercado durante el boom financiero; quienes permitieron sus prácticas y quienes les permiten ahora salir indemnes y robustecidos, con más dinero público, a cambio de nada. Empresas como Lehman Brothers o Goldman Sachs, bancos que permitieron la proliferación de créditos basura, auditoras que supuestamente garantizaban las cuentas de las empresas, y gente como Alan Greenspan, jefe de la Reserva Federal norteamericana durante los Gobiernos de Bush y Clinton, opositor a ultranza a la regulación de los mercados financieros.

La Comisión del Congreso norteamericano sobre los orígenes de la crisis ha sido esclarecedora en este sentido. Creada por el presidente Obama en 2009 para investigar las acciones ilegales o criminales de la industria financiera, ha entrevistado a más de 700 expertos. Su informe, hecho público el pasado enero, concluye que la crisis se hubiera podido evitar. Señala fallos en los sistemas de regulación y supervisión financiera del Gobierno y de las empresas, en las prácticas contables y auditoras y en la transparencia en los negocios. La Comisión investigó el papel directo de algunos gigantes de Wall Street en el desastre financiero, por ejemplo en el mercado de subprimes, y el de las agencias encargadas del ranking de bonos. Es importante entender los distintos grados de responsabilidad de cada actor de este drama, pero no es admisible la sensación de impunidad sin "responsables".

En cuanto a las víctimas de los crímenes económicos, en España un 20% de desempleo desde hace más de dos años significa un enorme coste económico y humano. Miles de familias sufren las consecuencias de haber creído que pagarían hipotecas con sueldos mileuristas: 90.000 ejecuciones hipotecarias en 2009 y 180.000 en 2010. En EE UU, la tasa de paro es la mitad de la española, pero supone unos 26 millones de parados, lo cual implica un tremendo aumento de la pobreza en uno de los países más ricos del mundo. Según la Comisión sobre la Crisis Financiera, más de cuatro millones de familias han perdido sus casas, y cuatro millones y medio están en procesos de desahucio. Once billones de dólares de "riqueza familiar" han "desaparecido" al desvalorizarse sus patrimonios, incluyendo casas, pensiones y ahorros. Otra consecuencia de la crisis es su efecto sobre los precios de alimentos y otras materias primas básicas, sectores hacia los que los especuladores están desviando sus capitales. El resultado es la inflación de sus precios y el aumento aún mayor de la pobreza.

En algunos casos notorios de fraude como el de Madoff, el autor está en la cárcel y el proceso judicial contra él continúa porque sus víctimas tienen poder económico. Pero en general, quienes han provocado la crisis no solo han recogido unas ganancias fabulosas, sino que no temen castigo alguno. Nadie investiga sus responsabilidades ni sus decisiones. Los Gobiernos los protegen y el aparato judicial no los persigue.

Si tuviéramos nociones claras de qué es un crimen económico y si existieran mecanismos para investigarlos y perseguirlos se hubieran podido evitar muchos de los actuales problemas. No es una utopía. Islandia ofrece un ejemplo muy interesante. En vez de rescatar a los banqueros que arruinaron al país en 2008, la fiscalía abrió una investigación penal contra los responsables. En 2009 el Gobierno entero tuvo que dimitir y el pago de la deuda de la banca quedó bloqueado. Islandia no ha socializado las pérdidas como están haciendo muchos países, incluida España, sino que ha aceptado que los responsables fueran castigados y que sus bancos se hundieran.

De la misma forma que se crearon instituciones y procedimientos para perseguir los crímenes políticos contra la humanidad, es hora de hacer lo mismo con los económicos. Este es un buen momento, dada su existencia difícil de refutar. Es urgente que la noción de "crimen económico" se incorpore al discurso ciudadano y se entienda su importancia para construir la democracia económica y política. Como mínimo nos hará ver la necesidad de regular los mercados para que, como dice Polanyi, estén al servicio de la sociedad, y no viceversa.

Lourdes Benería es profesora de Economía en la Universidad de Cornell. Carmen Sarasúa es profesora de Historia Económica en la Universidad Autónoma de Barcelona.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Acampada y derecho al delirio (léase un primer epílogo correctivo)

Sol, Plaça de Catalunya, y cientos de acampadas...
 El 23 de mayo de 2011 Jaume Barberà entrevistó a Eduardo Galeano en "Singulars", espacio de TV3, sobre el tema de las acampadas. El Derecho al delirio es una joyita que en dicho programa nos regaló este escritor y compañero uruguayo, impulsor de "otro mundo es posible". Esta entrevista interesa mucho a los/las acampados/as. Aquí está:

http://www.tv3.cat/3alacarta/#/videos/3541530

A continuación, en Youtube "El derecho al delirio", mondo y lirondo, leído por su autor, Eduardo Galeano:




Seguimos. Una anécdota que cuenta Eduardo Galeano sobre la UTOPÍA, a modo de respuesta a esa pregunta que se hacen tantos acampados y visitantes activos de los cientos de plazas como Sol y Plaça de Catalunya:

"Estaba con un amigo mío, Fernando Birri, cineasta argentino, dando unas charlas en la universidad de Cartagena de Indias, en Colombia, y un estudiante le preguntó a Fernando que para qué servía la utopía. Y Fernando Birri, después de tomarse unos segundos en silencio, comentó: “¿para qué sirve la utopía?, esta es una pregunta que yo me hago todos los días, yo también me pregunto para qué sirve la utopía. Y suelo pensar que la utopía está en el horizonte y entonces si yo ando diez pasos la utopía se aleja diez pasos, y si yo ando veinte pasos la utopía se coloca veinte pasos más allá; por mucho que yo camine nunca, nunca la alcanzaré. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso, para caminar."

¿Para qué sirve la Utopía? ¿Para qué sirven las acampadas? Muchos y muchas nos preguntamos hasta cuándo, si se van a acabar, en qué va a quedar todo esto, todas estas decenas, centenares de propuestas, ¿una Asamblea Constituyente? ¿Para qué? De momento para empezar a caminar. Echando mano de la historia, cabe quizás un pequeño recuerdo de Mayo del 68. Aquel mayo no tuvo su asamblea constituyente, tuvo adoquines, adoquinazos, mucha policía, muchos porrazos, muchas barricadas y un gran pasteleo de los políticos de entonces, que ya apuntaban maneras... cuyo testigo no tadó en encontrar destinatario en los políticos actuales, que ya entonces empezaron a hacer oposiciones para el "negociado de sueños dentro de un orden, mande quien mande". En cambio en el nuestro,  en nuestro Mayo de 2011, los adoquines mutan en metáforas en forma de flores de papel amarillo para lanzar a una policía que muta en transparencias... no interviene, se diluye ante la pacífica contundencia del gentío plural acampado, formas de ayer y de hoy... y el factor ciudadano, un binomio en el 68, estudiantes y obreros, y un hermoso polinomio en 2011, una transversalidad socioeconómica de estudiantes, trabajadores... y niños y jóvenes estudiantes y jóvenes trabajadores y jóvenes parados y menos jóvenes y aún menos jóvenes trabajadores, parados, extorsionados por los bancos y ex cajas con sus hipotecas, y mayores y pensionistas con pensiones de miseria y pensionistas a secas y viejos... una expresión social, económica y cultural nunca vista ni oída ni leída en tiempo de paz al menos en 65 años (que son de los que puede dar fe este cronista espontáneo), pero... ¿quién sabe? ¿quién sabe? si... aquel Mayo no fue el primer paso del caminar que nos ha llevado a las acampadas del Mayo de 2011? No olvidemos que... “la Historia es una señora de digestiones lentas y de caminar suave" (E. Galeano), no cambian las cosas en una semana, ni en meses. De mayo del 68 hasta hoy han pasado solo 43 años.

Finalmente, rescatemos una canción de Serrat que parece estar en el limbo pues nunca se oye, en la que se alude a unos lebreles que persiguen a la Utopía y que, paradójica y desgraciadamente, le rondan, muy cerca, al cantautor sin que al parecer a él le moleste demasiado (que los lebreles le ronden queremos decir). Quizás porque hasta él haya olvidado a su criatura, tal vez porque ya no le pertenece, porque pertenece al que la canta y al que la escucha, hasta tal punto que, quién sabe si un día Joan Manuel no pasará distraído por la Plaça de Catalunya y se la escuchará cantar a un grupo de acampados, se parará, escuchará y dirá para sí, "caramba estos hippies, qué letras más bonitas cantan" y, bien siguirá por su distraído camino, o, quién sabe, se quedará a escuchar  y aprender esa canción y apropiársela solidariamente con todos los allí presentes (¿no hablábamos del derecho al delirio? Pues también incluye al escribidor de estas líneas). La canción se titula, naturalmente,

UTOPÍA
Se echó al monte la utopía
perseguida por lebreles que se criaron
en sus rodillas
y que al no poder seguir su paso, la traicionaron;
y hoy, funcionarios
del negociado de sueños dentro de un orden
son partidarios
de capar al cochino para que engorde.

¡Ay! Utopía,
cabalgadura
que nos vuelve gigantes en miniatura.
¡Ay! ¡Ay, Utopía,
dulce como el pan nuestro
de cada día!

Quieren prender a la aurora
porque llena la cabeza de pajaritos;
embaucadora
que encandila a los ilusos y a los benditos;
por hechicera
que hace que el ciego vea y el mudo hable;
por subversiva
de lo que está mandado, mande quien mande.

¡Ay! Utopía,
incorregible
que no tiene bastante con lo posible.
¡Ay! ¡Ay, Utopía
que levanta huracanes
de rebeldía!

Quieren ponerle cadenas
Pero, ¿quién es quien le pone puertas al monte?
No pases pena,
que antes que lleguen los perros, será un buen hombre
el que la encuentre
y la cuide hasta que lleguen mejores días.
Sin utopía
la vida sería un ensayo para la muerte.

¡Ay! Utopía,
cómo te quiero
porque les alborotas el gallinero.
¡Ay! ¡Ay, Utopía,
que alumbras los candiles
del nuevo día!

martes, 24 de mayo de 2011

Sólo un fonema de diferencia

Para estas horas, tras la sorpresa inicial de la orden de asesinato de Osama Bin Laden por parte de Barack Obama, todo el mundo, salvo algunos políticos macabramente solidarios con el presidente de EEUU, ha convenido en denominar asesinato. En este caso, Obama no ha otorgado la presunción de inocencia ni el derecho a la defensa al terrorista-objetivo ejecutado. Como tampoco Osama ha otorgado presunción de inocencia ni derecho a la defensa a las víctimas de sus atentados. Puede parecer un sarcasmo igualar los asesinatos cometidos por ambos. Pero el derecho se aplica por igual a todos al margen de quiénes sean y al margen de la calidad o la cantidad de crímenes cometidos. Esta es una de las grandezas del derecho, la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos, sean presuntos terroristas o presidentes de un Estado democrático, derecho cuyas normas tanto ha costado ir acuñando. De este asunto queda una enorme tristeza ya que quien ha dado la orden de este asesinato y sus secuaces (recordemos que secuaces son los cómplices de quien comete un delito) probablemente nunca sean juzgados por el Trbunal Penal Internacional, para regocijo talioniano de la mayoría del pueblo norteamericano (qué retroceso), y queda también una —igualmente triste— paradoja, que a la postre a Obama y Osama sólo les diferencia un simple fonema. /b/ por /s/, o viceversa.

sábado, 7 de mayo de 2011

Tras el asesinato de Bin Laden

Obama ha ordenado el asesinato de un terrorista apelando a la legitimidad que le dan miles de víctimas del terrorismo. Bin Laden ordenó el atentado contra las Torres gemelas apelando igualmente a otra legitimidad, la que le dan los miles de asesinatos cometidos en el mundo árabe con la complicidad de Estados Unidos por un Estado criminal al que históricamente apoya, amén de otros asesinatos de Estado mediante el brazo de la CIA. Ambos han quedado igualados por saltarse los principios más elementales del derecho. Bin Laden se declaró autor de los atentados contra las Torres Gemelas, Obama ha declarado haber dado las órdenes para matar a BinLaden y se ha exhibido ante el mundo, junto a sus secuaces, viendo por televisión en directo el asesinato que había ordenado. Es decir, flagrante delito que convierte la presunción directamente en evidencia. Secuaces es el término que se usa para denominar a los componentes de un grupo de delincuentes. El asesinato es un delito.

Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, escribe una carta a otro muy sui generis premio nobel de la Paz(?) a propósito del asesinato ordenado por este último. La he rescatado para vosotros.

De Nobel a Nobel Carta abierta a Barack Obama, presidente de EEUU

Estimado Barack, al dirigirte esta carta lo hago fraternalmente y a la vez para expresarte la preocupación e indignación de ver como la destrucción y muerte sembrada en varios países, en nombre de la «libertad y la democracia», dos palabras prostituidas y vaciadas de contenido, termina justificando el asesinato y es festejada como si se tratase de un acontecimiento deportivo.
Indignación por la actitud de sectores de la población de los EEUU, de jefes de Estado europeos y de otros países que salieron a apoyar el asesinato de Ben Laden, ordenado por tu gobierno y tu complacencia en nombre de una supuesta justicia.
No buscaron detenerlo y juzgarlo por los crímenes supuestamente cometidos, lo que genera mayor duda, el objetivo fue asesinarlo. Los muertos no hablan y el miedo al ajusticiado que, podría decir cosas no convenientes para los EEUU; fue el asesinato y asegurar que «muerto el perro se terminó la rabia», sin tener en cuenta que no hacen otra cosa que incrementarla.
Cuando te otorgaron el Premio Nobel de la Paz, del cual somos depositarios, te envié una carta que decía: «Barack me sorprendió mucho que te hayan otorgado el Nobel de la Paz, pero ahora que lo tienes debes ponerlo al servicio de la Paz entre los pueblos, tienes toda la posibilidad de hacerlo, de terminar las guerras y comenzar a revertir la grave situación que vive tu país y el mundo.»
Sin embargo, has incrementado el odio y  traicionado los principios asumidos en la campaña electoral ante tu pueblo, como poner fin a las guerras en Afganistán e Irak y cerrar las cárceles en Guantánamo y Abu Graib en Irak, nada de eso has logrado hacer, por el contrario, decides comenzar otra guerra contra Libia, apoyada por la NATO y la vergonzosa resolución de las Naciones Unidas de apoyarla; cuando ese alto organismo, empequeñecido y sin pensamiento propio, ha perdido el rumbo y esta sometido a las veleidades e intereses de las potencias dominantes.
La base fundacional de la ONU es la defensa y promoción de la Paz y dignidad de entre los pueblos. Su preámbulo dice «Nosotros los pueblos del mundo...» hoy ausentes de ese alto organismo.
Quiero recordar a un místico y maestro que  tiene en mi vida una gran influencia, el monje trapense de la Abadía de Getsemaní en Kentucky, Tomás Merton, que dice «la mayor necesidad de nuestro tiempo es limpiar la enorme masa de basura mental y emocional que atasca nuestras mentes y convierte toda vida política y social en una enfermedad de masas. Sin esa limpieza doméstica no podemos comenzar a ver. Si no vemos no podemos pensar».
Eras muy joven Barack durante la guerra de Vietnam, tal vez no recuerdes la lucha del pueblo norteamericano por oponerse a la guerra. Los muertos, heridos y mutilados en Vietnam hasta el día de hoy sufren sus consecuencias.
Tomás Merton decía, frente a un matasellos del correo que acababa de llegar «The U.S. Army, key to peace», «El ejercito U.S., clave de la paz». «Ningún ejército es clave de la paz. Ninguna nación tiene la clave de nada que no sea la guerra. El poder no tiene nada que ver con la paz. Cuando más aumentan los hombres el poder militar, más violan la paz y la destruyen».
He compartido y acompañado a los veteranos de guerra de Vietnam, en particular a Brian Wilson y sus compañeros quienes fueron víctimas de esa guerra y de todas las guerras.
La vida tiene ese no se qué de lo imprevisto y sorprendente de fragancia y belleza que Dios nos dio para toda la humanidad y que debemos proteger para dejar a las generaciones futuras una vida más justa y fraterna, restablecer el equilibrio con la Madre Tierra.
Si no reaccionamos para cambiar la situación actual de la soberbia suicida a que están arrastrando a los pueblos a recovecos profundos donde muere la esperanza, será difícil salir y ver la luz; la humanidad merece un destino mejor.
Sabes que la esperanza es como el loto, que crece en el fango y florece en todo su esplendor mostrando su belleza. Leopoldo Marechal, ese gran escritor argentino, decía que «del laberinto se sale por arriba».
Y creo, Barack, que después de seguir tu ruta equivocando caminos, te encuentras en un laberinto sin poder encontrar la salida y te entierras más y más en la violencia, en la incertidumbre, devorado por el poder, la dominación, arrastrado por las grandes corporaciones, el complejo industrial militar y crees tener el poder que todo lo puede y que el mundo está a los píes de los EEUU porque impone la fuerza de las armas e invade países con total impunidad. Es una realidad dolorosa, pero también existe la resistencia de los pueblos que no claudican frente a los poderosos.
Son tan largas las atrocidades cometidas por tu país en el mundo que daría tema para largo, es un desafío para los historiadores que tendrán que investigar y saber de los comportamientos, política, grandeza y pequeñeces que han llevado a EEUU al monocultivo de las mentes que no le permite ver otras realidades.
A Ben Laden, supuesto autor ideológico del ataque a las torres gemelas, lo identifican como el  Satán encarnado que aterrorizaba al mundo y la propaganda de tu gobierno lo señalaba como el «eje del mal», y eso les ha servido para declarar las guerras que el complejo industrial militar necesita para colocar su productos de muerte.
Sabes que investigadores del trágico 11 de septiembre señalan que el atentado tiene mucho de «autogolpe», como el avión contra el Pentágono y el vaciamiento anterior de las oficinas de las torres; atentado que dio motivo para desatar la guerra contra Irak y Afganistán y ahora contra Libia; argumentando en la mentira y la soberbia del poder que todo lo hacen para salvar al pueblo, en nombre de «la libertad y defensa de la democracia», como el cinismo de decir que la muerte de mujeres y niños son «daños colaterales». Eso lo viví en Irak, en Bagdad, con los bombardeos en la ciudad y el hospital pediátrico y en el refugio de niños que fueron víctimas de esos «daños colaterales».
La palabra vaciada de valores y contenido, donde al asesinato lo llamas muerte y que por fin EEUU ha «muerto» a Bin Laden. No trato de justificarlo bajo ningún concepto, estoy en contra de todo terrorismo tanto de esos grupos armados, como del terrorismo de Estado que tu país ejerce en diversas partes del mundo apoyando a dictadores, imponiendo bases militares e intervención armada, ejerciendo la violencia para mantenerse por el terror en el eje del poder mundial. ¿Hay un solo «eje del mal»?. ¿cómo lo llamarías?
¿Será por ese motivo que el pueblo de EEUU  vive con tanto miedo a las represalias de quienes llaman el «eje del mal»? El simplismo e hipocresía de justificar lo injustificable.
La Paz es una dinámica de vida en las relaciones entre las personas y los pueblos; es un desafío a la conciencia de la humanidad, su camino es trabajoso, cotidiano y esperanzador, donde los pueblos son constructores de su propia vida y de su propia historia. La Paz no se regala, se construye y eso es lo que te falta muchacho, coraje para asumir la responsabilidad histórica con tu pueblo y la humanidad.
No puedes vivir en el laberinto del miedo y la dominación de quienes gobiernan los EEUU, desconociendo los Tratados Internacionales, los Pactos y Protocolos, de gobiernos que firman pero no ratifican nada y no cumplen ninguno de los acuerdos, pero hablan en nombre de la libertad y el derecho.
¿Cómo puedes hablar de la Paz si no quieres cumplir con nada, salvo los intereses de tu país? ¿Cómo puedes hablar de la libertad cuando tienes en las cárceles a prisioneros inocentes en Guantánamo, en los EEUU, en las cárceles de Irak, como la de Abu Graib, y en Afganistán? ¿Cómo puedes envías fuerzas militares a Haití después del devastador terremoto y no ayuda humanitaria a ese sufrido pueblo? ¿Cómo puedes hablar de libertad cuando masacras a los pueblos de Oriente Medio y propagas guerras y torturas, en conflictos interminables que desangra a los palestinos e israelitas?
Barack mira para arriba de tu laberinto, puedes encontrar la estrella que te guíe, aunque sepas que nunca podrás alcanzarla, como bien lo dice Eduardo Galeano. Busca ser coherente entre lo que dices y haces, es la única forma de no perder el rumbo. Es un desafío de la vida.
El Nobel de la Paz es un instrumento al servicio de los pueblos, nunca para la vanidad personal.
Te deseo mucha fuerza y esperanza y esperamos que tengas el coraje de corregir el camino y encontrar la sabiduría de la Paz.
P. D.: Un día como hoy, hace 34 años volví a la vida, tuve un vuelo de la muerte durante la dictadura militar argentina apoyada por los EEUU,  gracias a Dios sobreviví y tuve que salir del laberinto por arriba de la desesperación y descubrir en las estrellas el camino para poder decir como el profeta: «la hora más oscura es cuando comienza el amanecer».

viernes, 6 de mayo de 2011

Falso oxímoron


Si lo cortés no quita lo valiente, la lucha no debe quitar nunca los divertimentos. Sobre todo después de arrancar al TC y al Estado español un derecho por parte de la ciudadanía de Euskal Herria y gracias también a las orejas de ese lobo que tiene su sede en Estrasburgo y que, por cierto, ya dio un severo zarpazo jurídico al alto tribunal español hace unas semanas con el caso Otegi.

Prejuicio: así ha de llamarse a lo ocurrido en el auto sobre Sortu y la sentencia sobre Bildu por parte de unos magistrados, los del TS, según Javier Pérez Royo, sevillano, experto en Derecho Constitucional.
El auto sobre Sortu y la sentencia sobre Bildu son decisiones en las cuales la mayoría parte de un prejuicio: el que dice que no ha pasado nada entre 2003 y 2011. Se sustituye el análisis jurídico por un relato en el que no se hacen valoraciones de la prueba, sino que se van cogiendo distintos documentos y se van editando para que cuadren con el prejuicio con el que se construye la sentencia. Resulta difícil tener respeto a un tribunal cuando dicta una resolución como esta.”
Unos magistrados que parten de un prejuicio pueden inducir a pensar a un lector distraído que estamos ante un oxímoron. No lo es en este caso pues el prejuicio no es jurídico pues su base es política. Y, puestos a jugar con las figuras retóricas compañeras de la que da nombre a nuestro blog, Oxímoron, veamos de quién se trata: estamos en presencia de una sinestesia, que, como sabemos, consiste en enlazar o mezclar sensaciones producidas y percibidas por órganos o sentidos distintos. Hay, además, una pincelada metafórica pues aquí se trata de mezclar no dos sensaciones sino de extrapolarlas a dos de los conceptos que conforman el Estado de Derecho, el jurisprudencial y el político. En fin, la sentencia del pleno del Tribunal Constitucional legalizando a Bildu libra a Euskal Herria, se nos ocurre decir, de una agria melancolía (hermosa sinestesia) y al Tribunal de Estrasburgo de una incómoda sentencia contra el más alto tribunal de un Estado miembro de la Unión Europea. El anacronismo político español y su primo hermano cuando de Euskal Herria se trata, el prejucioso mundo judicial, de obediencias inconfesables, podrán ver que en este pequeño país las victorias no sólo las celebramos con kalimotxo, sino que también disponemos de armas retóricas y divertimentos cargados con inocuos bytes. Munición 2.0. De futuro.